Pensar la mediación

Hacer mundos. Metodologías del encuentro


El planteamiento para esta sesión era dividir la mañana en dos partes bajo la premisa de:  ¿las tecnologías median? Y si tienen un papel mediador,  ¿cuál es en ese “hacer común un lugar”?

La primera parte de la mañana la dedicamos a debatir en torno al texto de Marga Padilla, Politizaciones del ciberespacio, un capitulo dentro de la publicación El impasse de lo político publicado por Espai en blanc. Contamos con la presencia de la autora para poder debatir y preguntarle directamente. En la segunda parte de la mañana Adolfo Estalella nos habló de cómo se materializan los espacios virtuales en los espacios analógicos, cómo habitamos estos lugares en el “mundo real” y sobre las formas virtuales que facilitan el encuentro.

Amador nos hizo un maravilloso resumen del texto de Marga para situarnos en la sesión e intentó enmarcarlo vinculándolo con las jornadas de mediación. Rescató la frase de Juan Gutiérrez: Mediación es el arte de cómo hacer un lugar común. Lo que nos llevó a preguntarnos: ¿cómo hacemos habitable, participable y reapropiable un espacio? ¿Cómo modificamos los espacios para hacerlos nuestros?

Este empoderamiento lo vemos muy claro en Internet, en las plataformas 2.0 y en las redes sociales. Plataformas que nos sirven de espacio para organizarnos, para quedar, para compartir, para discutir, para relacionarnos y para crecer. Derechos que a día de hoy se ven amenazados.

Sobre el texto de Marga de carácter “tecno-político”, destacamos que a día de hoy se nos propone una nueva arquitectura de la realidad, un nuevo contexto con nuevas herramientas, en principio al alcance de cualquier persona que disponga de un ordenador con conexión a Internet. Espacios nuevos que conviven con la “vieja arquitectura de la realidad”.

Amador sacó 3 puntos clave del texto: Fusión de economía y política/ nueva abundancia / nueva esfera público-privada.

La nueva arquitectura de la realidad, donde la red es uno de los motores, la clave fundamental es la autonomía e inteligencia de los nodos: separados y desprendidos de una red única y centralizada, que puede dar respuesta cuando este centro cae, se privatiza y/o se manipula.

Otras de las claves que se enumeran en el texto como necesarias son, lo que denomina Marga en su texto como alianzas monstruosas. Esos encuentros entre los NO comunes para poder llevar a cabo un proyecto.

Y por último, los dispositivos inacabados. Un imprevisto que es utilizado y aprovechado por los hackers. Al no crearse espacios totalmente cerrados se genera una grieta para moldear, reescribir y apropiarnos de ciertos lugares.

La idea era llevar estos principios al campo de la mediación. Cómo median, si es que median las tecnologías, con el usuario, con las personas que las utilizan y que las disfrutan. A día de hoy podemos afirmar que los creadores de las redes sociales no podían imaginar el alcance y el uso que los internautas han hecho de ellas. Apropiándose de sus lenguajes para generar resultados inesperados que se manifiestan en la economía, en la política, en la comunicación, en la enseñanza, en lo social y en nuestro día a día.

Gracias a esta “inocente” herramienta y al libre acceso a ella, podemos beneficiarnos y utilizar una misma plataforma para generar resultados muy diferentes. De esta manera podemos quedar en la red para un cumpleaños, una inauguración, una manifestación o un flashmob nazi. Gracias a ese acceso neutral y universal podemos hacerlo nuestro. Pero estas plataformas no son tan inocuas. El poder, la economía, el Estado, pueden alterarlas. Descubrimos en el artículo de Marga como WikiLeaks desaparece cuando plataformas como PayPal y los periódicos le dan la espalda al ser su creador amenazado por los gobiernos. Es en ese momento cuando los nodos le apoyan.

La sesión quizás se centró demasiado en el carácter político del texto, olvidándonos del carácter explicito de la mediación, aunque resonaba todo el tiempo en el debate.

Mi interpretación sobre esta parte de la sesión es que al utilizar una herramienta, esta se convierte en un instrumento de mediación, pero nunca han sido tan accesibles, tan apropiables y tan descentralizadas, como puede serlo la red. No obstante, en muchos de los casos se encuentra descontextualizada. Marcos sacó a la luz el tema de los tiempos. El tiempo virtual muchas veces desplazado del analógico, un tiempo mucho más acelerado (no sólo por el tiempo que invertimos en él), sino por el recuerdo de los acontecimientos, que se ven rebajados por otros nuevos que nos bombardean día a día, tendiendo a olvidar lo que pasó el mes pasado.

También retomamos la idea, muy presente en otras sesiones, del soporte Wikimedia como un elemento mediador. Una plataforma basada en unas reglas en la que cualquiera puede participar y que a día de hoy se sostiene y está muy reconocida. Otra página que se mueve por los mismos parámetros es wordreference. En ambas, por poner solo dos ejemplos (aunque esta última no fue comentada en la sesión), son los usuarios quienes llenan de contenido estos portales compartiendo conocimiento y por tanto generando una mediación con otros. Porque, a mi modo de ver, la medicación siempre lleva implícito un compartir, un dar al otro algo tuyo. No es una práctica aséptica, sino que siempre dejas algo de ti mismo.

La segunda parte de la sesión conducida por Adolfo Estalella nos propuso un viaje cronológico en la gestión de lo que después culminaría como el moviendo #15M. Gran parte convocada en la red, similar a otros encuentros “espontáneos” que también habían utilizado esta misma herramienta.

Adolfo nos invitó imaginar cómo la cultura digital, sobre todo la del software libre, nos sirve para pensar en lo social y lo espacial. Pensar en Internet como una cierta arquitectura de la realidad. ¿Qué significa que un centro es un lugar copyleft, o que una asamblea es un espacio abierto? Nos enumeró nuevas formas de encuentro que requieren de cierta infraestructura tecnológica muy particular como son Land Party, BarCamps, Desconferencias, Encuentros Ted, etc.

Nos obstante se centró específicamente en el #15M. Un movimiento que enseguida se rodeó de una infraestructura analógica pero también virtual abriendo un dominio, un blog, un hashtag, una página en Facebook, etc. Y que en la actualidad si no es a través de la red, y si no perteneces a un grupo determinado, no te enteras de dónde son los siguientes encuentros.

Quizás se nos quedó en el tintero hablar más de los encuentros hackmeeting, o hacer un mayor hincapié en las metodologías de estos encuentros convocados en la red. La traducción de los encuentros virtuales materializados en “el mundo real” tratándose de espacios geográficos, físicos y temporales diferentes, pero que serían mas complicados de imaginar sin las nuevas herramientas que nos proporciona Internet.

Por último, no querría dejar de destacar un toque de atención ante el debate sobre ciertos recursos digitales, que en principio parecen ilimitados y que a día de hoy se ven amenazados. Bajo el lema: Apadrina un hacker (que salió durante la sesión) llegamos a la conclusión de que tenemos que buscar las maneras de sostener nuestra independencia y libertad buscando y conociendo el terreno en el que nos movemos. Porque quien posee el conocimiento es quien puede dar respuesta.


Balance de enero sobre las jornadas de mediación

Sobre el planteamiento:

La propuesta era pensar un problema/práctica común entre gente muy diferente. Lo que se llamó en algún momento “una idea ampliada de la mediación”. Pensar juntos algo que pudiese hablar a cada cual en su lugar (un centro social o cultural, un interés teórico, etc.). Pero no un problema/práctica perfectamente acotado y delimitado del que ya tengamos un saber que transmitir, sino un terreno por explorar. Confiando en las resonancias más que en la identidad o semejanza de nuestras experiencias.

¿Cómo valoramos esto? ¿Hemos hablado de lo mismo o sólo creíamos estar haciéndolo? ¿Este planteamiento tan abierto e indefinido nos ha ayudado a encontrarnos o nos ha perdido?

La palabra “mediación”, ¿nos sirve o nos confunde? ¿Es un territorio común o está demasiado cargada de presupuestos? ¿Con ella podemos nombrar prácticas tan distintas como la mediación cultural o la mediación en conflictos? ¿Hay otra palabra que podría sernos más útil? ¿O quizá debemos usar varias palabras, cada una para una práctica específica? En las sesiones hay quien usaba espontáneamente la palabra (Tabacalera, por ejemplo) y quien usaba otras (dinalización o facilitación) que sin embargo parecían referirse a la misma “operación” que tratamos de pensar.

Escogimos un horario de mañana, aún sabiendo que a mucha gente le imposibilitaria asistir, con la idea de que ayudaría a propiciar un ambiente más de trabajo y de conversación que de conferencia/preguntas. ¿Ha sido así, merece la pena? ¿Qué nos ha permitido hacer el horario de mañana que no hubiéramos podido hacer por la tarde en un horario más accesible para muchos?

A los mediadores culturales en concreto, ¿este planteamiento tan general (donde caben experiencias tan distintas) les ha servido para pensar su trabajo?

¿Qué otros enfoques, experiencias y temas nos faltan por tratar (espacio y mediación, tecnología y mediación, etc.)?

¿Cómo podríamos comunicar y compartir lo que hemos ido pensando a lo largo de los días?

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Hacer mundos: prácticas de mediación en la sociedad-red

Mesas de debate organizadas por Medialab-Prado, en colaboración con Amador Fernández-Savater.

4, 11 y 25 de noviembre; 16 de diciembre; más en enero-febrero. La asistencia es libre, te agradecemos que nos envíes tu nombre, email y breve exposición de motivación y expectativas a mediacion[arroba]medialab-prado.es. Disponemos también de una lista de correo a la que te puedes suscribir para estar al tanto de novedades en el programa y participar de la discusión online.

Presentación, por Amador Fernández-Savater

Periódicos, partidos políticos, museos… Lo vemos todos los días y ya es hasta un lugar común: los intermediarios clásicos están en crisis. Hoy lo lejano se ha vuelto cercano, se queman distancias que fundaban jerarquías, muchos pueden hacer lo que antes era monopolio de unos pocos. Por todas partes crece la sensación de que hay un desacople esencial entre las formas de vida y las instituciones que organizan la vida colectiva. Se trata de un fenómeno complejo, en el cruce de distintos desplazamientos y transformaciones: la irrupción de la Red, la hegemonía del mercado o las nuevas prácticas de autoorganización social. Pero en absoluto marginal. Sólo como dato: el 73% de los españoles afirma en una encuesta reciente estar de acuerdo con el movimiento 15-M cuyos eslóganes centrales son “no nos representan” y “lo llaman democracia y no lo es”.

Enciclopedias colaborativas, asambleas y acampadas, instituciones experimentales y abiertas… Nuevos espacios e instituciones piensan y ensayan otros modos de gestionar los bienes y los recursos, producir y distribuir los saberes, tomar la palabra y las decisiones, organizar la misma vida en común. Pero los problemas recién empiezan. La misma multiplicidad (de voces, de sujetos, de temas) que ha hecho estallar los viejos modelos verticales abriendo así lo posible puede expresarse también como fragmentación e inestabilidad, interferencia entre distintos lenguajes, choque y hostilidad. Esa ambivalencia está en el corazón de nuestra experiencia del presente.

Por tanto se abre lo posible, se dan nuevas condiciones para experimentar otras formas de estar juntos y hacer cosas juntos. Pero al mismo tiempo nada está dado y cualquier cosa hay que reinventarla una y otra vez. Vemos agrietarse muchos de los intermediarios que dividen y despotencian lo representado. Pero de ahí no se generan automáticamente mundos habitables y participables, abiertos e incluyentes, de todos y de nadie. La mediación, como práctica (horizontal) de acogida y conexión, acompañamiento y facilitación, escucha y traducción, producción de sentido y convivencia, se vuelve hoy un desafío que nos requiere con muchísima urgencia.

Algunas referencias:

Un resumen de Estéticas de la emergencia de Reinaldo Laddaga

Anotaciones sobre mediación (Amador Fernández-Savater)


Contexto de las jornadas: Medialab-Prado y el programa de mediación

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Medialab-Prado (MLP) se propone como un laboratorio abierto a cualquiera, más allá de su disciplina, sus títulos y sus posibilidades de implicación; un laboratorio pensado especialmente para el encuentro, la colaboración y el intercambio; un laboratorio donde hacer experimentos con los saberes libres del ansia por la legitimación; un laboratorio donde quepa la vida, los cuerpos y los afectos, el valor de lo informal y de la cercanía, la fiesta…

Pero para que esto sea posible es fundamental todo un trabajo de mediación. ¿Qué significa esto?

Existe en MLP desde sus inicios un programa de mediación y un equipo cambiante de personas que desde experiencias muy diversas han desempeñado esta función “mediadora”. Los mediadores trabajan en la superficie de contacto: la línea dentro/fuera, la zona de intercambio con el exterior de MLP. Cuidan de que sea porosa y atravesable, pero también firme y segura. En concreto, acogen al visitante, entablan con él una conversación, relatan lo que ocurre en MLP, atienden el espacio, ponen en relación a personas con personas, a personas con proyectos, etc. A veces poco visible y desde luego complejo, el trabajo del equipo de mediadores habilita y sostiene un entramado, un entorno, un ambiente de cooperación que hoy por hoy define a MLP.

El traslado de MLP al espacio de La Serrería impondrá nuevos desafíos. MLP estará más expuesto que nunca a fuerzas favorables y desfavorables. El destino se juega en buena medida en la superficie de contacto. De ahí que la apuesta por la mediación sea central. La idea es que el programa y el equipo de mediación tenga aún más riqueza y diversidad de funciones, más presencia y relevancia en la vida cotidiana de La Serrería. Pero en última instancia, las prácticas de mediación no se circunscriben a un grupo determinado, sino que depende de todo y de todos (máquinas, herramientas, espacios, lenguajes, comunidad) que un espacio sea reapropiable por sus usuarios.

Nuestro objetivo con estas jornadas es seguir pensando en qué consiste el trabajo de mediación, sin circunscribirnos necesariamente al contexto de los centros culturales. Es decir, compartir reflexiones y experiencias con todo aquel que se pregunte cómo mediar sin intermediar, cómo acompañar sin dirigir, cómo facilitar sin simplificar, en definitiva, cómo fabricar mundos comunes en condiciones de altísima complejidad y heterogeneidad social.

Entre noviembre y diciembre habrá cuatro sesiones. Continuaremos en enero.

Algunas referencias:

Algunas conclusiones del proceso «Pensando y haciendo Medialab-Prado»

«Superficies de contacto», un artículo de Franco Ingrassia


Qué mediación (primera sesión)

Viernes 4 de noviembre

Lectura colectiva y exposición de Marcos García y Laura Fernández (Medialab-Prado)

Medialab-Prado, Plaza de las Letras. C/ Alameda, 15 · 28014 Madrid (España), 10.00 h.  

Asistencia libre

¿Qué es mediación? ¿Quién media? ¿Entre quién o qué? ¿Qué promueve? Os proponemos empezar estas jornadas leyendo un texto: “Los Justos. Ética de la inteligencia colectiva” del filósofo francés Pierre Levy. Se trata de una interpretación “laica” del relato bíblico de la destrucción de Sodoma y Gomorra. El texto contiene y plantea muchos de los interrogantes y las intuiciones que nos mueven a organizar estas jornadas para pensar la mediación. Leerlo juntos puede ser por tanto la mejor presentación, la mejor explicación de lo que se pretende y el mejor pórtico para lo que vendrá después. Al final de la sesión presentaremos brevemente el resto de sesiones del ciclo, y compartiremos también un balance de la experiencia de mediación en MLP.

Algunas referencias:

«Los Justos. Ética de la inteligencia colectiva», de Pierre Levy


«Síar» al otro (segunda sesión)

Viernes 11 de noviembre

Charla-debate con Juan Gutiérrez

Medialab-Prado, Plaza de las Letras. C/ Alameda, 15 · 28014 Madrid (España), 10.00 h.  

Asistencia libre

Juan Gutiérrez fundó y dirigió un centro de investigaciones por la paz en Gernika (“Gernika gogoratuz” que significa recordando Gernika). Piensa la paz no sólo como ausencia de violencia, no sólo como acuerdo o componenda entre bandos en conflicto, sino como regeneración del lazo social, otra forma de convivencia entre diferentes, reconciliación. ¿Cómo puede aportar a todo ello un mediador? Según Juan Gutiérrez, un “tercero” no dice, ni impone, ni propone ni siquiera sugiere soluciones en un conflicto, sino que ayuda a la comprensión profunda mutua y a sopesar el realismo de los planteamientos, contribuye a que se genere confianza y propone procedimientos para la participación. ¿Cuál es el kit del mediador, existen técnicas apropiadas? ¿Cómo repensar el hecho del enfrentamiento y la figura del enemigo? ¿Hay una ética propia del mediador? ¿Qué hacer con la sentencia de Hegel según la cual “quien media detenta el poder”?

Algunas referencias:

«La paz no es sólo ausencia de violencia, sino vida compartida», entrevista a Juan Gutiérrez

Notas de una conversación con Juan Gutiérrez sobre mediación



Implicación contra participación (tercera sesión)

Viernes 25 de noviembre

Charla-debate con Santiago Eraso y Marina Garces

Medialab-Prado, Plaza de las Letras. C/ Alameda, 15 · 28014 Madrid (España), 10.00 h.      

Asistencia libre

Santi Eraso dirigió durante dieciocho años el Centro de Cultura Contemporánea Arteleku (San Sebastián), dependiente de la Diputación de Guipuzkoa. Arteleku fue pionero en muchas cosas: concebirse a sí mismo como espacio de trabajo y experimentación, no sólo de exposición, como un espacio en tránsito y en obras más que como un lugar acabado y con protocolo fijo; buscar la conexión con proyectos e iniciativas críticas que problematizan radicalmente las formas de vida en común; dejarse atravesar alegremente por el nuevo desorden digital que confunde las formas establecidas de autoría, producción, consumo, propiedad e identidad; cuidar lo pequeño, lo micro, la capilaridad de los procesos y la participación como base real y afectiva de una cultura entendida más como experiencia que como entretenimiento. En los últimos años, Santi Eraso ha coordinado la propuesta de Donostia 2016 Capital Cultural (finalmente seleccionada) donde los ingredientes de Arteleku han convivido con el modelo cultural más espectacular no sin tensiones ni contradicciones. Santiago Eraso explicará su trabajo como mediador cultural en el contraste entre ambas experiencias.

Marina Garcés piensa desde hace años un único problema filosófico y político: en qué consiste, y cómo podemos hacer consistir, un mundo común. Un mundo común que no es de nadie, sino en el que estamos todos y todas las cosas implicadas; que no elegimos ni escogemos soberanamente, sino que nos precede y constituye; que ni siquiera es solamente humano, sino que incorpora el conjunto de lo sensible. Pero en el que, sin embargo, lo que más nos cuesta hoy por hoy es decir “nosotros” y donde la lógica propietaria ha privatizado no sólo bienes y recursos, sino nuestra mismísima relación con la realidad. En ese sentido, el pensamiento de Marina Garcés impele a la experiencia de la implicación: descubrirnos ya entrelazados e interdependientes; hundir las distancias que nos separan y dejarnos afectar por lo común; aprender a hacernos cargo de lo que nos ata a los demás y al mundo de la manera más colectiva y, por tanto, más transformadora posible. Marina Garcés es impulsora de Espai en Blanc, una apuesta colectiva de un grupo de personas que se proponen hacer de nuevo apasionante el pensamiento cruzándolo con una política que se hace desde la vida.

Algunas referencias:

«Se acabó la fiesta, tenemos que pensar la cultura desde otros parámetros», entrevista a Santiago Eraso en la revista Hika

«Entre nosotros», artículo de Marina Garcés

«Abrir los posibles», artículo de Marina Garcés

«La honestidad con lo real», artículo de Marina Garcés



(Auto)gestión del caos (cuarta sesión)

Viernes, 16 de diciembre 

Charla-debate con personas involucradas en las experiencias de los centros sociales El Patio Maravillas y La Tabacalera, Cine sin Autor y Acampadasol        

Medialab-Prado, Plaza de las Letras. C/ Alameda, 15 · 28014 Madrid (España), 10.00 h.       

Asistencia libre     

El Patio Maravillas, el CSA La Tabacalera, Cine sin Autor y Acampadasol son experiencias creativas, sociales y políticas muy diferentes, pero que han hecho de la apertura su identidad. Espacios de encuentros imprevistos, donde conocer a otros muchas veces a través del hacer; escuelas de conocimientos compartidos, fábricas de saberes y reciclaje; experiencias masivas de participación y política… ¿Qué dispositivos (de traducción, acogida, conexión, etc.) han puesto en marcha para abrir espacios de cualquiera, donde cualquiera puede participar? ¿Cómo han activado y cuidado entornos de cooperación, encuentro y vida colectiva? La apertura no sólo pone en contacto con energías afines, dispuestas y constructivas, sino que también hay que vérselas muchas veces con fuerzas de desconfiguración (de los entramados, de los proyectos, de las personas). ¿Cómo pensar los choques? ¿Puede la diferencia (de formas de vida, de niveles de implicación, de búsquedas) contribuir a lo común y no expresarse como puro conflicto, enemistad, obstáculo?

Algunas referencias:

«Tabacalera, un parto difícil», un texto de Ana Sánchez y Raquel Mezquita

«Superficies de contacto», un artículo de Franco Ingrassia

«Más un entorno que un movimiento» (un chat con Franco Ingrassia)